Aquí os dejo una serie de consejos aplicables a cualquier tipo de relación familiar orientados a conseguir un proceso educativo que aporte en el niño seguridad, confianza y buenos valores.

  • Dile siempre lo que le quieres, valoras y confías en él.
  • Reconóceles sus habilidades, en público o en privado.
  • No les regañes nunca en público, se sienten ridiculizados, espera a estar a solas.
  • No intentes que haga lo que tu deseas, se tienen que dar cuenta ellos de como hacer las cosas para aprender a aprender, para poder volar.
  • Poner limites claros, concretos, porque los necesitan psicológicamente, pero desde el cariño y una forma de hablar adecuada. Se sienten más seguros al saber que hay un capitán que tiene el control del timón.
  • Ofrecerles alternativas distintas (ejemplo: a la hora de vestirse).
  • Ser ejemplo.
  • Introducir humor en situaciones conflictivas.
  • Enseñarles a sacar lo positivo de cada situación.
  • Ponerse en el lugar de tu hijo, sobre todo los adolescentes.

Y seguimos con unos cuantos más:

  • No hay que tener miedo en decir «no» a cosas que quieren, si consideramos que no lo necesitan.
  • Disfrutar de un rato familiar diario sin teléfonos, televisión de fondo o tecnología que no les permita comunicarse.
  • Jugar a juegos de mesa en familia o podemos jugar con ellos dejándoles que manden en el juego un rato.
  • Fundamental es que nuestros hijos participen en alguna tarea del hogar acorde a su edad (doblar la ropa, ordenar su cuarto, estirar la cama, quitar la mesa, el friegaplatos, colgar la ropa, comprar, poner la mesa, dar de comer o sacar al perro etc.)

Hay muchas más pautas a seguir para ayudarnos a educar a nuestros hijos de una forma consciente y que además sea beneficiosa para ellos. Lo ideal es ir implementándolas poco a poco, para afianzarlas. Para mí, la mejor manera ha sido con el apoyo de profesionales de los que he ido aprendiendo, por ello creé los talleres para padres que ayudan a poder aplicar estas pautas y muchas más, con sentido, conciencia y eficacia.