Voy a empezar con esta cita que me parece que resume muy bien todo lo que quiero transmitir.
“Hoy le doy un sentido diferente a mi vida, las cosas adquieren sentido cuando en lugar de sufrirlas sencillamente estamos dispuestos a vivirlas; decido vivir tranquila y confiadamente agradeciendo el presente, sin rencores del pasado ni temores del futuro. Hoy me entrego al flujo universal del amor y la vida con una mente tranquila y el corazón lleno de paz.» (NUEVA HUMANIDAD)

Hay demasiada gente que pasa por la vida pero la vida no pasa por ellas.
Me explico, si te fijas en la gente que te rodea o quizá en ti mism@, te darás cuenta de lo que digo. La mayoría de las personas se levantan por la mañana sin ilusión, hacen las cosas de manera rutinaria, sin disfrutarlas, algunas veces por las prisas (nos pasa a todos de vez en cuando…) pero la mayoría de las veces porque no saben disfrutar de cada instante de su existencia. Yo, en mis años “oscuros”, en los que me encontraba mal, simplemente veía pasar la vida. Es más, deseaba que pasara porque mi cuerpo no me dejaba disfrutar de nada. Por eso se bien de lo que hablo.
Hay una diferencia muy grande entre vivir o ver pasar la vida.
Cuando decides “vivir”, la vida te es más fácil, te sonríe constantemente. Da igual si tienes que hacer cosas que no te gustan si eres capaz de sacarle la parte positiva y/o esos pequeños detalles que pasan inadvertidos y que son los que nos hacen agradables el día a día. Observo a mucha gente que solo vive para que llegue el fin de semana, que se pasa la semana amargada, sin pararse a pensar que también se pueden tener actividades gratificantes el lunes, el martes o cualquier otro día. Que en esos días también pueden ocurrir cosas que les hagan pasar momentos muy gratos. Que se puede disfrutar, por ejemplo, de un momento agradable con un compañer@ de trabajo, tu pareja, un familiar, un hijo… etc. Yo ahora estoy deseando que llegue el lunes porque tengo dos horas baile, son dos horas que me lo paso genial, disfruto, me río, acabo extenuada, pero son dos horas que las “vivo” a tope a pesar de ser el día de la semana que más horas tengo en mi trabajo. Otros días toca estar tranquila en casa, con mis hijos y aunque algún día me estresen una pizca, disfruto de su compañía. Yo ya he llegado a un punto en el que no me importa el día de la semana que sea porque disfruto todos de igual forma. Cuando me levanto por la mañana pienso en el día que tengo por delante y lo veo con ilusión, con ganas de hacer todo lo ese día me pueda deparar, por muy estresante que pueda parecer a priori.
Hay que aprender a vivir el hoy, porque el mañana ya vendrá y el pasado… pues eso, pasado está. Te puedes pasar media vida añorando el pasado o suspirando por un futuro que NO estas creando. De esta forma, pasa la vida por delante de ti sin darte cuenta. Como decía John Lennon “La vida es lo que sucede mientras estas ocupado haciendo otros planes”. No me refiero a no tener ilusiones o a no luchar por conseguir aquello que quieres, porque la motivación es esencial en el ser humano. Lo que te quiero trasmitir es que mientras haces eso también puedes disfrutar del día a día, de cada momento, piénsalo, siéntelo… cuando lo consigues vives mucho más feliz, pero mucho mucho… te lo seguro. En ocasiones, por el ritmo que llevamos hoy en día, decimos que no a un café o a una caña con un amig@ o con tu pareja… pues bien ¡tomate ese café o esa caña!, seguro que sacas un huequecito para ello. Esto te relajará mucho, ya que un rato de charla con alguien con quien estas a gusto hace que segregues muchas endorfinas que te proporcionan un estado de relajación estupendo. También el pasar un rato con familiares, pasear…
Aunque mi consejo no solo es que aprendas a disfrutar de cada momento, sino que busques también lo bueno en aquellas cosas que no te lo parecen tanto, como por ejemplo: hacer la comida, las tareas de casa o incluso aquella reunión que no te apetece “un pimiento”. Te aseguro que cuando te detengas un momento a analizarlo algo bueno encontrarás, entonces esa tarea que odias o esa reunión aburrida se convierte en algo mucho más llevadero.
Reflexiona también sobre lo rápido que pasa la vida. A veces miras hacia atrás viendo que has dejado muchas cosas sin hacer (que habrías podido realizar y por dejadez o por la influencia de otras personas has dejado de hacerlo) o no has disfrutado de pequeños momentos por las prisas o por estar pensando en que te gustaría estar en otro lugar o momento… Pues así se nos pasa la vida sin pena ni gloria. ¡No esperes, actúa! Estamos muy acostumbrad@s a que otra persona haga los planes (sobre todo las mujeres, que esperamos que el hombre nos sorprenda constantemente…) ¡No esperes!, ¡haz lo que te apetezca!, propón tu los planes que te gustaría llevar a cabo. Harás más cosas que disfrutas, que te apetecen.
Existen miles de razones para ser feliz pero te es más fácil (en general) pensar en negativo, es decir, que siempre encontrarás miles de razones para ser infeliz porque te han (nos han…) educado en la negatividad. Por eso te resulta más fácil ver lo negativo. La medida de las cosas es el mal, así te han (nos han…) enseñado.
Aquí te pongo algunos (unos pocos…) de los miles de obstáculos que no te dejarán “sentir la vida”, como deberías para ser feliz:
– No vives el momento, vives una vida mecánica.
– No vives cada etapa de la vida, añoras las pasadas y las futuras que te parecen mejores.
– No disfrutas lo suficiente de las personas que tienes cerca. Te quejas de ellos en demasiadas ocasiones.
– No te centras en lo que tienes ahora. Piensas que algo que va a llegar es lo que te va a hacer realmente feliz (coche, casa, trabajo…).
– Le das el papel principal de tu vida a otra persona. Le das el poder de decidir por ti.
– Le das demasiada importancia a la gente que te hace daño. Aprende a obviarla.
– No te atreves a tomar tus decisiones, prueba a hacer aquello en lo que crees para no arrepentirte en el futuro.
Para acabar lo hago con una frase que podría resumir este “post”: “Haz consciente cada instante de lo que pasa en tus días y esto cambiará la percepción de tu vida”.
Dicen que se alcanza la madurez cuando se es capaz de disfrutar de las cosas sencillas de la vida. No esperes el momento perfecto, haz perfecto el momento…
“Que tu sonrisa te acompañe y se feliz…” y ya sabes que si no lo puedes conseguir en RONEM terapias te podemos ayudar.